Son imágenes que reflejan la muerte, la violencia, la lucha por el poder y el dolor de quienes padecen las consecuencias del odio y de las divisiones. Hay mujeres con los ojos morados e hinchados producto de los golpes que recibieron, hay cadáveres acribillados que están cubiertos por una manta y niños que lloran, parados valientemente frente a soldados que los apuntan con armas.
Son documentos que atestiguan el lado más oscuro de los seres humanos. Las fotografías forman parte del trabajo de Walter Astrada, un fotoperiodista argentino de 36 años de edad, residenciado en España, que tiene más de una década dedicado a retratar los conflictos y los problemas sociales en varios países.
El fotoperiodista ha sido reconocido tres veces con el Premio World Press Photo. La primera vez, en 2007, por una serie sobre la violencia contra la mujer en Guatemala; la segunda ocasión en 2009, por los retratos que hizo de la violencia postelectoral en Kenia y; más recientemente, en 2010, por mostrar la brutal represión en Madagascar durante las revueltas de febrero de 2009.
Desde hace una semana está en el país para ofrecer dos talleres a sus pares venezolanos interesados en aprender el oficio, en la nueva sede de la Escuela Foto Arte, en Altamira. Allí, donde el jueves también inaugurará la muestra Testigo incómodo, habló de sus experiencias desde que empezó como fotógrafo en el diario La Naciónde Argentina y de su trayectoria en la agencia de noticias AP, primero como empleado y ahora como freelance.
"He hecho series fotográficas en Bolivia, Argentina, España, República Dominicana, Haití y África del Este. Me he dado cuenta de que los seres humanos somos bastante similares.
Los que tienen dinero son iguales en todas partes. Eso es importante resaltarlo, porque si no vemos al otro como si fuera totalmente distinto, y allí, a veces, se centra el discurso de los políticos para manipular", dice Astrada, que expresó su interés en hacer una serie en Venezuela sobre la obsesión que tienen las mujeres por la belleza.
De los conflictos que ha cubierto, al fotoperiodista le impresionó la violencia contra la población civil en el este de la República Democrática del Congo: "Mentiría si digo que no sientes miedo cuando vas a esos lugares pero, por otro lado, nadie nos obliga. Así que la gente no nos debe ver como unos héroes. Tenemos que asumir los riesgos".
Al fotoperiodista nunca lo han amenazado de muerte, pero sí se ha visto involucrado en situaciones peligrosas. Recuerda que, en una ocasión, mientras hacía fotos en Madagascar, abrieron fuego contra una manifestación desde unos balcones. "En 5 minutos mataron a 25 personas e hirieron a 212. No podía hacer nada... Sólo tener la suerte de que no me tocara y mantener la calma".
Uno de los principios de Astrada es que no toma fotos cuando la gente se lo pide: "Ese es el único límite... Siempre se dice que los periódicos publican imágenes sangrientas y que eso puede afectar la sensibilidad de las personas. Yo les digo que se vayan a la mierda.
Mi trabajo no es entretener a los lectores, sino informar. Y si tengo que mostrar esas fotos para hacerlo, entonces así será".
Sobre la polémica que suscitó la foto de la morgue de Bello Monte publicada por El Nacional , el fotógrafo indica: "Si esa imagen molesta, debería entonces preguntarse uno el porqué causó tanto disgusto y cómo hacer para revertir esa situación, más que censurar la foto o culpar al medio por publicarla. El reto del periodismo es incomodar al poder. Si el Gobierno considera que cierto tema no se debe mostrar, hay que investigar más a fondo para hallar la verdad".
via http://caracasfoto.blogspot.com/2011/03/walter-astrada-es-un-fotografo.html
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