Son conocidas las seis misiones de Tu-95 "Bear" sobre la flota inglesa. Hasta ahora, creo, nadie había escrito sobre ellas.
Acompaño una traducción libre y personal de un artículo de una revista rusa sobre el tema.
(La foto no está en el artículo, la agrego por ser ilustrativa de estas misiones)
Revista TOP SECRET
Volar sobre Malvinas
Oleg Dzuba (Top Secret)
Fue en St. Helena. El portaaviones HMS Hermes recibía combustible de un buque tanque, mientras la flota británica se dirigía hacia las Islas Malvinas (Desde 1833 las Islas Malvinas están ocupadas por Gran Bretaña, pero Argentina reclama el territorio. Y en Abril de 1982 la disputa escaló en una acción militar a gran escala)
Esta foto si está, aunque el Phantom parece de broma...
Desde el cielo, la aviación soviética vigilaba a la flota británica. Y como dice la letra de la famosa canción, mira arriba de todo: para obtener detalles de los equipos electrónicos y armamentos, fotografiando, grabando y analizando las emisiones de radio características.
El “Hermes” en la ventanilla.
- ¿Esta información fue pasada a los argentinos? – pregunta el Coronel George Bulba. – Después de todo, Gran Bretaña estaba considerada como un posible enemigo, y no creo que esperáramos estar en guerra con Argentina…
Los seguimos en el Atlántico Sur, desde la Bahía de Vizcaya. Volábamos desde Angola y allí volvíamos. Desde lejos, parecía un buque de carga, pero después veíamos a los cazabombarderos Harrier en cubierta, rodeados de personal, sacándoles las protecciones que tienen en nariz y en las bandas. Y luego para arriba directamente, ya que el Harrier despega vertical y no tiene necesidad de acelerar…
En nuestro relativo tiempo pacífico, el conflicto por el distante archipiélago de las Malvinas en 1982 se ha olvidado, pero en ese entonces la guerra tenía en vilo a todo el mundo. También a nuestra unidad de aviación súper secreta de la Flota del Norte (con base en las cercanías de Fedotovo, Vologda), que protagonizó los raids sobre las desiertas aguas del Atlántico Sur. Mi compañía encabezó la exploración de uno de los regimientos expedicionarios, y luego lo hizo a nivel divisional.
Seguimos los buques rumbo al sur, para saber que armas tenían a bordo, principalmente buscábamos las atómicas. Cuando regresaban, una vez más tuvimos que considerar al Hermes, pare chequear la exactitud de los reportes argentinos acerca de un impacto de misil y los probables daños sufridos.
- Como dijo uno de los pilotos: “Espero que no nos bajen!”. En una podrida esquina del atlántico no te pueden encontrar, y el océano se traga todo – dice el Coronel Bulba, mientras gira un álbum de fotografías.
Dije – tenemos una buena oportunidad, vayamos cerca. Pero, más allá si los argentinos le pegaron al Hermes o no, es un portaaviones de la reserva nuclear. Y uno no se encuentra todos los días con uno, con todas sus escoltas y su grupo aéreo. Ellos mandaban aviones para buscarnos, pero siempre los encontrábamos antes que ellos. Es que algunas veces penetrábamos por debajo del lóbulo del radar.
Algo interesante pasó con el Hermes. Gran Bretaña lo vendió a la India, y ahora, con otro nombre, participa en ejercicios en conjunto con nuestros buques.
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