Cada cierto tiempo el gobierno rojo rojito, que ha demostrado una total ineficiencia en el manejo de la cosa pública y de todos los organismos del Estado, busca temas que distraigan a la opinión pública de los grandes problemas que la aquejan.
Ante la inflación “controlada” en 28%, como lo anunció el ministro de finanzas Jorge Giordani, -que en el mundo entero es de un dígito y de promedio solo un 3%- y otros temas calientes como la delincuencia desatada sin control o la permanente falla del servicio eléctrico, ahora se le ocurre al rojo e improvisado presidente de la Comisión Permanente de Ciencia, Tecnología y Comunicación Social, diputado Manuel Villalba, expresar su preocupación por la programación de algunos canales privados, “donde la violencia es la principal protagonista”. A su juicio, la transmisión de este tipo de programas no contribuye en nada a la formación de una sociedad digna y con valores.
Esta vez le tocará directamente a los canales de la televisión comercial venezolana el zafarrancho distraccionista del régimen. Como ninguno da puntada sin dedal, el diputado enfatizó que algunas telenovelas transmitidas por medios privados en horario todo usuario, presentan, de manera explicita, imágenes violentas y con una fuerte carga sexual, donde la mujer es utilizada como un objeto.
“Desde las primeras horas de la mañana podemos ver una especie de guía práctica para la formación de delincuentes juveniles, manejo de armas, y la utilización de un lenguaje soez. Este tipo de programas no debe transmitirse, pues no fomentan valores éticos ni morales en la familia venezolana”, explicó.
Sin percatarse de los once años en que el presidente Chávez ha promovido el odio, la división de clases, la delincuencia desatada sin (control apenas hace unos meses), el incumplimiento de la Constitución y las leyes y otros dramas de la cotidianidad del venezolano de hoy ,tuvo el descaro Villalba de asegurar que” el Ejecutivo nacional ha venido trabajando para combatir la delincuencia y promover valores morales, como el deporte, la cultura y la recreación, y que el deber de los medios de comunicación es educar a la sociedad”.
Fungiendo de psicólogo social o de ayatolá musulmán terminó diciendo: “Estamos frente a una televisión mal concebida. No puede ser que a los medios sólo les importe el rating. En vez de transmitir este tipo de programas violentos, deberían rescatar los clásicos venezolanos”.
Así son las cosas, diría Oscar Yánes. Todo esto preparando la llegada del jefe máximo de su dispendioso periplo de compras nucleares y armamentistas.
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