La Unión Europea suavizó su política con Cuba pero mantiene su exigencia de mayor apertura y mejora clara de los derechos humanos en la isla. Con ese inciso el régimen cubano seguirá molesto con la UE, a pesar de que encargaron a la jefa de política exterior del grupo a que negocie con Cuba un posible
pacto comercial y político.La prueba sería el permiso o no de la salida de Guillermo Fariñas a recibir su premio el próximo mes de Diciembre.
En su debut como ministra de Exteriores de España, Trinidad Jiménez, consiguió que la UE dé su primer paso hacia Cuba en años como compensación a la liberación de una cuarentena de presos políticos.
Los Veintisiete miembros de la Unión Europea decidieron encargar a Catherine Ashton, jefa de Política Exterior de la UE, que negocie durante los próximos dos meses con La Habana la posibilidad de un acuerdo de cooperación comercial y política como los que existen con otros países latinoamericanos, según fuentes comunitarias. Ashton explicará en diciembre ante los ministros de Exteriores europeos cómo han ido sus “contactos exploratorios” para un pacto a largo plazo.
La Unión mantendrá, sin embargo, la llamada Posición Común sobre Cuba, una declaración de 1996 que pide la transición democrática e invita a hablar con la disidencia y que no tiene ningún valor práctico pero irrita a La Habana.
Hasta ahora, el régimen ha rechazado por ello las ofertas europeas de diálogo, y países como Alemania, Suecia, Polonia o República Checa se volvieron a oponer hoy a eliminar el documento pues insistieron que Cuba debe avanzar más en el avance de la libertad y los derechos humanos para sus ciudadanos.
Los presentes en la reunión a puerta cerrada en Luxemburgo aseguran que la nueva Canciller española Trinidad Jiménez hizo una “defensa apasionada” a favor de mejorar la relación con Cuba para conseguir reformas. Ashton también apoyó a la ministra e insistió en la “gran labor” de Miguel Ángel Moratinos en la mediación con la Iglesia católica para liberar 42 detenidos políticos desde el verano.
“Creo que, en este momento, la UE debería mostrar una señal de que, para afianzar el proceso de reformas en Cuba, es más necesario que nunca buscar una nueva relación basada en la confianza, el respeto y la “bilateralidad”, explicó la ministra española al llegar a Luxemburgo.
Jiménez contó con el apoyo claro de Francia o de Bélgica. El ministro de Exteriores belga, Steven Vanackere, alabó la labor del predecesor de “Trinidad” (como llamó a la ministra española en una rueda de prensa): al ser interrogado por Cuba, destacó que Moratinos “hizo todos los esfuerzos” y su mediación ha logrado “cierta evolución positiva”. “Ninguna buena acción debe quedarse sin recompensa”, defendió el ministro belga, cuyo país preside este semestre la UE. El actual diálogo ha dado pocos resultados
En cualquier caso, el avance de las charlas dependerá, en gran parte, de la actitud del régimen cubano.
El diálogo político que ya existe entre Bruselas y La Habana ha dado pocos frutos prácticos. El ministro de Exteriores cubano aprovecha cada encuentro con la UE para criticar “la división” y “la hipocresía” de los europeos. Fuentes comunitarias explican que el Gobierno español ha asegurado que sus contactos con La Habana indican que esta vez el régimen estará mejor dispuesto.
Otro elemento esencial será si la dictadura castrista permite al disidente Guillermo Fariñas viajar a Estrasburgo el próximo 15 de diciembre a recoger el Sajarov. En 2005, se lo impidió a las Damas de Blanco, tres años después de que otro disidente, Oswaldo Payá, recibiera el mismo galardón y diera un emotivo discurso en el hemiciclo pidiendo libertad para Cuba.
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