Tras las primeras investigaciones en Yemen, Arabia Saudita, Inglaterra y Estados Unidos las autoridades determinaron que el envío de las bombas en los aviones de FedEx y Emirates fue solo un ensayo “en seco” para los terroristas poder
descifrar cuan confiable era la detección temprana de sus paquetes “calientes”.
Los primeros paquetes enviados contenían solo libros y papeles para probar la ruta. Luego, la gente de Al Qaeda en Yemen se atrevió a enviar otros paquetes que si estaban conectados a detonadores que podían ser activados por teléfonos celulares o una alarma del avión.
La filtración del envío de los paquetes con bombas se debió a un ex miembro de la red terrorista que había sido detenido tras el 11 de Septiembre del 2001 y enviado a Cuba. Luego fue llevado a Arabia Saudita donde a pesar de haberse comprometido a dejar la red y ser sometido a un curso de re-adoctrinamiento, sin embargo, volvió a sus andanzas y se fue al Yemen.
Cansado de no ver a su familia se entregó a las autoridades sauditas y fue donde alertó del plan de enviar carga con detonantes hasta Chicago y Londres con el fin de que explotaran en los destinos asignados, sinagogas en principio, o que pudieran ser detonadas antes del aterrizaje en las cercanías de los aeropuertos.
La amenaza de la semana pasada llegó en forma de artefactos explosivos ocultos en los cartuchos de tóner de impresoras de PC. Los investigadores se han centrado en un fabricante de la facción yemení de Al Qaeda que había diseñado una bomba, que no explotó, en un avión lleno de pasajeros en la Navidad pasada.
Esta vez, las autoridades creen que el principal fabricante de bombas, Ibrahim al-Asiri lleno de cuatro veces más de explosivos las bombas ocultas en los vuelos procedentes de Yemen. Las dos bombas tenían 300 y 400 gramos de pentrita, un explosivo industrial.
En comparación, la bomba embutida en la ropa interior del sospechoso terrorista en el avión con destino a Detroit la pasada Navidad contenías solo unos 80 gramos.
En comparación, la bomba embutida en la ropa interior del sospechoso terrorista en el avión con destino a Detroit la pasada Navidad contenías solo unos 80 gramos.
Funcionarios de EE.UU. y Gran Bretaña dijeron que creían que los objetivos eran los aviones, no las dos sinagogas del área de Chicago nombrados en las direcciones.
Activar una bomba por teléfono celular mientras un avión está en el aire no es confiable porque el servicio celular es irregular o inexistente a esas altitudes.
Unidos, Anwar al-Awlaki.
El martes, los fiscales yemeníes acusaron al-Awlaki en rebeldía por conspirar para matar a los extranjeros.
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